“¡Queridos hijos! Hoy es el día en que acostumbro dar un mensaje para la parroquia, pero no toda la parroquia acoge mis mensajes ni los vive. Yo estoy muy triste y deseo, queridos hijos, que ustedes me escuchen y vivan mis mensajes. Cada familia debe orar unida y leer la Biblia. Gracias por haber respondido a mi llamado! ”