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Comentario del Mensaje, 25 de enero de 2000


 
¡Queridos hijos! Hijitos, los invito a la oración continua. Si oran, están más cerca de Dios y Él los va a conducir por el camino de la paz y de la salvación. Por eso hoy los invito a que den paz a los demás. Solamente en Dios está la verdadera paz. Abran sus corazones y conviértanse en dadores de paz y los demás descubrirán la paz en ustedes y a través de ustedes, de tal forma testimoniarán la paz y el amor de Dios que Él les da. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!

Saludo a todos aquellos que siguen los mensajes y que desean meditar con nosotros el mensaje de este mes, y espero que todos ustedes hayan comenzado bien este tiempo nuevo. En primer lugar quiero recordarles a todos el mensaje de diciembre y el mensaje de Navidad. En él María nos invita a que tomemos conciencia de que crearemos nuevas condiciones para la paz si decimos "si" a la paz y nos decidimos por Dios. Nunca debemos olvidar que ese anhelo de paz ya está en nosotros al momento de nacer. No tenemos que aprender a anhelar la paz, pero para sentir ese anhelo de paz debemos primero decidirnos por la paz. Decidirse por la paz significa decidirse por las condiciones que generan la paz y permanecer en ellas. Siempre en primer lugar hay que decidirse por el amor, por el amor incondicional que solo proviene de Dios. Este es el amor con el que debemos aceptarnos a nosotros mismos y también aceptar a los demás. Se refiere al amor que es más fuerte que el odio y que todos los demás sentimientos negativos que tenemos dentro de nosotros. Y luego por supuesto, se refiere a la reconciliación, estar dispuesto a perdonar y a pedir perdón. Por otro lado, en cuanto a decidirnos por la paz, debemos estar dispuestos a luchar contra nuestro orgullo, nuestro egoísmo, nuestros celos, nuestras envidias y nuestro materialismo. Esta es siempre una batalla difícil, pero aquellos que asuman esta batalla serán los mismos que se decidirán también por la paz y vivirán en paz. Si no estamos dispuestos a luchar contra nosotros mismos, la otra posibilidad que queda es luchar contra los demás, y luchar con los demás significa tratar de reinar sobre ellos para que hagan lo que nosotros queremos y cualquier cosa que sirva para nuestra propia paz. Es así que surgen todos los conflictos, todas las heridas y todo lo negativo en la humanidad. El decidirse por Dios depende también de la decisión por la paz. Nuestro Dios es el Dios de la paz, Dios del amor, Dios de la misericordia y cuando nos decidimos por Dios y encontramos paz en Él, permaneceremos sin lugar a dudas en el camino de la paz. María también nos pide que pongamos al Niño Jesús en primer lugar en nuestras vidas, y que también dejemos que Él ocupe el primer lugar en nuestros corazones. De este modo Él nos conducirá al camino de la salvación. Que el Niño Jesús ocupe el primer lugar en nuestras vidas significa lo mismo que poner a Dios en primer lugar en nuestras vidas, pero aquí tenemos otra dimensión que es importante para nuestra vida espiritual. Toda madre que tiene un niño sabe perfectamente bien que tiene que estar disponible y tiene que cuidar a ese niño durante todo el día y toda la noche. Cada ausencia de la madre puede costarle a niño la vida. Por ello, si ponemos al Niño Jesús en primer lugar en nuestras vidas nos estamos decidiendo a cuidar a Jesús, y esto en términos humanos, significa alimentarlo con el alimento que recibimos en la oración, a través del ayuno, de la Santa Misa, la Adoración y la Confesión. Es triste decir que muchos no han aceptado esta función maternal hacia el Niño Jesús, y no oran u oran muy esporádicamente. Si oramos poco, el Niño Jesús no podrá crecer dentro de nosotros y por lo tanto no puede conducirnos al camino de la salvación. Les pido a todos ustedes que realmente permanezcamos fieles ya que así Jesús permanecerá mucho más fiel aún y podrá conducirnos al camino de la salvación.

En este momento hay muy pocos peregrinos y todo está tranquilo, pero aún así hay un grupo importante proveniente de Corea, un grupo de Italia y pequeños grupos de Francia, Inglaterra y Norteamérica. En Año Nuevo vinieron muchos peregrinos, creemos que entre 4.000 a 5000 personas. El 31 de diciembre comenzamos a orar a las 9.30 y la Misa concelebrada con 130 Sacerdotes, comenzó a las 11.15. La Consagración tuvo lugar justo antes de la media noche donde permanecimos de rodillas para iniciar este tiempo nuevo de rodillas. Muchos peregrinos nos dijeron que esto fue muy importante para ellos porque fue así que pudieron ver claramente cuales eran los deseos de María. En este momento Vicka, Jakov, Ivanka y Mirjana están aquí, mientras que Ivan y Marija están en Norteamérica e Italia respectivamente. Hace una semana, Ivan fue padre de una niña, la segunda, y por supuesto todos le deseamos lo mejor y lo felicitamos por esta nueva vida.

También quiero anunciarles que del 30 de junio al 6 de julio tendrá lugar la Semana para Sacerdotes, la quinta reunión de ese tipo que organizamos. El año pasado asistieron al Retiro 170 Sacerdotes provenientes de 10 países. Se la conoce como LOS SACERDOTES EN LA ESCUELA DE MARÍA. Este año, el tema será EL SACERDOTE, UN HOMBRE DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD Y SIERVO DEL CUERPO DE CRISTO, porque este Año del Jubileo está dedicado a la Sagrada Eucaristía. También invito a todos los grupos a que oren para que los Sacerdotes respondan a esta invitación y para que también las personas se tornen más activas e informen a sus Sacerdotes sobre este Retiro. Este año, las familias de esta parroquia ofrecen a los Sacerdotes casa y comida gratis como regalo para todos los Sacerdotes. También invitamos a las familias de la zona a que participen en estas actividades en la medida de sus posibilidades, porque solo así podremos construir un nuevo espíritu de comunidad.

LOS INVITO... A LA ORACIÓN CONTINUA

Sabemos que María nos invita a orar en casi todos los mensajes desde el principio. También sabemos que hay mensajes en los que repite tres veces esa invitación a la oración. Acá debemos destacar que María no nos pide la oración constante del Rosario, ni que permanezcamos en la Iglesia constantemente, ni que estemos en Adoración todo el tiempo. Esto sería imposible, pero aún así Ella nos pide que oremos sin cesar. Esto quiere decir que primero debemos comprender lo que esto significa y luego lo pongamos en práctica. La oración es un encuentro con Dios, y los encuentros con Dios ocurren de diferentes maneras. Primero en la oración formal, cuando nos tomamos el tiempo para orar o para leer las sagradas Escrituras, cuando asistimos a la Santa Misa tenemos oportunidades especiales de encontrar a Dios. En todas estas formas de encuentro con Dios, lo primero y más importante que debe ocurrir es abrir nuestros corazones a Dios, abrir nuestros corazones a la paz, a la misericordia y al amor de Dios, entonces nuestros corazones se llenarán de todo esto. Cuando esto ocurre en nuestro corazón, podremos salir al encuentro de Dios en cualquier momento y en cualquier lugar. Cuando hago mi trabajo por amor a Dios, cuando hago uso de los talentos que Él me dio por amor hacia Él y hacia los que me rodean, también estoy en contacto con Dios. Una persona que trabaja solícitamente sabiendo todo el tiempo que sus dones provienen todos de Dios y luego muy responsablemente los desarrolla también está en contacto con Dios. Aquel que desarrolla sus talentos y los utiliza para servir a los demás también se encuentra con Dios. Todos sabemos que el encuentro decisivo con Dios debe producirse en la persona. A pesar de eso, existen personas que dicen que otra persona es el Infierno, comúnmente denominados ateos existenciales. Pero no es así para nosotros los Cristianos, cuando decimos que una persona es el Paraíso, queremos decir que hemos encontramos a Dios en esa persona. Si pensamos en lo que Jesús dice sobre el Juicio Final, todo se torna claro. Solo utiliza un criterio, si hemos encontrado a Dios en las personas necesitadas que nos rodean. De ser así, podremos entrar en el reino de la Paz con Él, de lo contrario, estaremos excluyéndonos del Reino de la Paz. Por eso, Jesús no nos pregunta cuántos Rosarios hemos orado, cada cuánto vamos a Misa ni cuántos días de ayuno hemos hecho. Por el contrario, Él nos preguntará si Lo hemos reconocido en los demás y los hemos amado. Pero para que esto ocurra y para poder reconocer a Jesús en los demás debemos por supuesto orar. De esta forma podremos comprender lo que significa la oración continua y vivir de esta forma. Al observar la vida de oración de Jesús podemos ver que Él oraba frecuentemente, que oró arriba en las montañas, que se quedó orando mientras todos los demás lo buscaban. Su oración era el firme contacto con Su Padre. También oró por los Apóstoles y por todos aquellos que iban a escuchar sus palabras. Él estaba en permanente contacto con el Padre y por eso podemos decir que Su oración era continua. Por ello, a través de Su Madre, nos pide que hagamos lo mismo. San Pablo también habla de la oración continua, que también debemos entender en el mismo sentido. María sólo nos puede pedir que nuestras oraciones, nuestras Misas, nuestros Rosarios y demás, nos hagan capaces de encontrar a Dios en los demás y en toda la naturaleza. Ella permanece fiel al mensaje del Evangelio y es por ello que Ella también nos pide que nos volvamos a la naturaleza para encontrar a Dios el Creador y adorarlo y alabarlo. Para nosotros los Cristianos es muy importante pensar en y hablar sobre esta idea de la oración continua, porque esto luego se torna en un principio para nuestra vida. Consideramos las palabras de Isaías cuando critica a las personas que entran al Templo para orar y para hacer sus ofrendas y luego vuelven a sus casas y continúan con las mismas injusticias. A Dios no le gusta ese tipo de ayuno y de oración, sino más bien que nos encontremos con Dios en la oración y que mejoremos nuestras vidas para de ese modo estemos deseosos de encontrar a Dios en todas partes.

SI ORAN ESTÁN MÁS CERCA DE DIOS

Debemos remarcar esta idea. Principalmente debemos tomarnos el tiempo para poder experimentar la cercanía de Dios y para poder encontrarnos con Dios. Es por ello que muchos Cristianos no tienen un verdadero encuentro con Dios y así permanecen alejado de Él , solamente porque no se ha tomado el tiempo suficiente para la oración. Lo peor que les puede ocurrir es que vivan alejados de Dios, y aquel que se aleja de Dios también se aleja del camino de la verdad, de la luz, y de la vida verdadera y por lo tanto no puede tener una verdadera paz. Este alejamiento de Dios se produce, por supuesto, por el pecado, porque el pecado es algo que hacemos que nos aísla de Dios y de las demás. El resultado del alejamiento de Dios es el aislamiento, nadie puede vivir bien de este modo ni tener la verdadera paz.

Y ÉL LOS VA A CONDUCIR POR EL CAMINO DE LA PAZ Y DE LA SALVACIÓN

Es por eso que en estos tiempos muchas personas sufren mucho mentalmente, espiritualmente y también físicamente. Para tener salud y permanecer sanos, debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para estar cerca de Dios, porque solo estando cerca de Dios podremos estar cerca de nosotros mismos, cerca de los que nos rodean y cerca de toda la naturaleza como creación de Dios. El que permanece cerca de Dios, puede estar cerca de los demás también. Muchos niños sufren hoy en día y no encuentran sentido a sus vidas porque sus padres no están lo suficientemente presentes para ellos. Qué fácilmente ocurre en la actualidad que el padre pasa mucho más tiempo en su trabajo, por eso es especialmente importante que la madre se decida a estar muy cerca de sus hijos. En la educación de los niños, es un terrible error que la madre salga a trabajar y dedique muy poco tiempo a sus hijos, especialmente cuando los hijos aún son pequeños. Nada ni nadie puede reemplazar a una madre, y lo mismo se aplica a los padres que para que los niños no protesten, les compran muchísimos juguetes o simplemente los sientan frente al televisor. Este también es un grave error en lo que respecta a la educación de los hijos.

POR ESO HOY LOS INVITO A QUE DEN PAZ A LOS DEMÁS

Lo más importante en la educación de los hijos es la proximidad de los padres quienes a su vez deben tener suficiente tiempo para ellos. Nuevamente, solamente a través de la proximidad con Dios, las personas podrán ser capaces de acercarse a los demás y a través de esta cercanía podrán llevar a los demás a Dios y a Su paz.

SOLAMENTE EN DIOS ESTÁ LA VERDADERA PAZ

Solamente en Dios está la verdadera paz. En el libro de los Salmos, por ejemplo, el autor compara su propia alma con la de un niño que se sienta en los brazos de su madre porque ha encontrado paz allí. La experiencia de muchos Santos se reúne en una sola frase de San Agustín: "Mi alma está inquieta hasta que encuentra la paz en el Señor". Él describe su angustia y falta de paz cuando dice que buscó a Dios por todas partes - en las criaturas, en las personas - pero no lo encontró hasta que encontró la paz en Dios mismo. Sin lugar a dudas, uno de los testimonios más bonitos sobre Dios, es que Dios es el Dios de la paz, y que Su deseo es que tengamos paz, lo que aparece varias veces en las cartas de San Pablo. Esta paz que cada uno de nosotros anhela, y que solo puede provenir de Dios solo la encontraremos si abrimos nuestros corazones y permanecemos en Él con la oración, así descubriremos la paz.

ABRAN SUS CORAZONES

La profundidad del anhelo de paz en las personas puede verse en la descripción de la vida eterna o eternidad cuando hablamos del Reino de la Paz. Mucho más que el Reino del Amor o el reino de la Vida. A cada uno de nosotros se nos promete el Reino de la Paz, nosotros podemos ver ese Reino aquí en la tierra, encontrando el camino por el cual peregrinar al decidirnos por la oración. Si tratamos de describir el caminar del hombre, podemos decir que el hombre es un peregrino que anhela a Dios y que desea alcanzar la plenitud de su vida, y esto es lo que se llama la paz. Durante todo este Año del Jubileo, también estamos llamados a seguir conscientemente el camino en el que podamos encontrar a Dios más fácilmente. Por cierto, el objetivo principal de una peregrinación a Medjugorje es el anhelo de paz del hombre que éste encuentra en Dios que envía a su Madre aquí. María, con mucha paz, ha dado en el blanco, porque es justamente la paz la que está siendo amenazada. Cuanto más amenazada esté la paz, más fácil es diagnosticar que el hombre está muy lejos de Dios. Cuanto más cerca estamos de Dios, más cerca estaremos de la verdadera paz que ciertamente buscaremos cada día en la oración.

Y CONVIÉRTANSE EN DADORES DE PAZ Y LOS DEMÁS DESCUBRIRÁN LA PAZ EN USTEDES

Dos veces repite que debemos dar la paz a los demás. Primero dice "dar" y luego dice "dar el don", pero en ambos casos es claro que lo que Dios nos da es el don y nosotros debemos dar a los demás aquellos que Dios nos ha dado como don, y al hacerlo se convierte en nuestra misión. El hombre no puede guardar aquello que ha recibido, y todo lo que el hombre desee guardar para sí mismo por egoísmo se perderá. Aquel que no desee amar tampoco puede vivir en el amor de Dios. Cuando una persona no quiere dar la paz a los demás, en realidad ha perdido su paz. El hombre solamente puede vivir en verdadera paz al aceptar y luego dar la paz. Y María quiere que tomemos consciencia de esto. Los demás buscan y anhelan la paz y esta es la oportunidad de los Cristianos de acercarnos a los demás. Si llevamos dentro de nosotros la verdadera paz y ofrecemos la verdadera paz a los demás, daremos testimonio de la paz y del amor y por lo tanto de Dios. Es por ello que siempre debemos preguntarnos cuán capaces somos en realidad de dar testimonio. Algunas veces pensamos que las personas no quieren aceptar lo que queremos ofrecerles y entonces nos acusan de que nuestras enseñanzas o nuestro trabajo pastoral no da suficientes frutos. Esto es ciertamente verdad, pero cuando acusamos a alguien, aunque no deberíamos acusar a nadie, que esto es así, frecuentemente decimos que los niños o los Cristianos no quieren aceptarlo, y esto no es verdad. Si hay algo que no funciona debemos en primer lugar preguntarnos a nosotros individualmente, a los padres, a los Sacerdotes y a toda la Iglesia. Si no logramos transmitir la paz al mundo, no es un problema del mundo que no quiere la paz, sino por el contrario, es un problema de nosotros mismos, porque no llevamos la verdadera paz dentro de nosotros y así no somos capaces de transmitirla a los demás. Este llamado de María a ser dadores de la verdadera paz significa en primer lugar que con toda nuestra alma y con todo nuestro ser buscaremos la paz de Dios, y una vez encontrada fluirá hacia los demás y también se le dará a los demás.

DE TAL FORMA TESTIMONIARÁN LA PAZ Y EL AMOR DE DIOS QUE ÉL LES DA.

Esta el la misión que nos ha sido dada especialmente a todos aquellos que han venido a Medjugorje por Dios, pero Dios no espera nada de nosotros que no nos haya dado para comenzar. Y así, que todos permanezcamos en la escuela de María y para ello oramos...

Dios, nuestro Padre, y Dios de la Paz, te damos gracias porque solo en Ti esta la verdadera paz. Te damos gracias de poder estar contigo de manera continua y te damos gracias por dejar que nosotros te encontremos para acercarnos mas a Ti en la oración. Por favor libera nuestros corazones y nuestras almas de todo aquello que sea un obstáculo para acercarnos a Ti y que nos mantiene alejados de Ti. Líbranos de todas las cosas a las que estamos apegados y de todas las cosas a las que estamos atados por culpa de las cuales no hemos sido capaces de acercarnos a Ti. Líbranos pero también perdónanos por todo aquello que fue nuestra responsabilidad por estar atados. Sana nuestros corazones, nuestras almas, y cura nuestro pasado y también todos nuestros recuerdos de todo aquello que nos impide acercarnos a Ti. Te lo pedimos a Ti, en nombre de Tu Hijo, Jesucristo, líbranos de Satanás y de toda su opresión, ataques y de su deseo de destruir toda paz, para que nuestros corazones puedan descansar en Ti. Danos la gracia de poder descansar en Ti como un niño en los brazos de su madre. Señor, Te pedimos junto con María, Reina de la Paz, todas las personas, especialmente todos los peregrinos, que durante este tiempo nuevo seamos peregrinos junto con María y permanezcamos así con ella. Te pedimos en nombre de todos los jóvenes que aún no han encontrado el camino hacia Ti; de todos los que se han alejado del camino que conduce hacia Ti; de todos aquellos que han buscado una falsa paz en el alcohol y las drogas y de todos aquellos que han seguido el camino equivocado hacia la paz, tráelos junto Ti, oh Padre. Porque nunca tendrán paz estando alejados de Ti. En Cristo, Nuestro Señor, Amén.

Fra Slavko Barbaric

Medjugorje; enero 27, 2000

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