Mensaje, 3 de octubre de 1985
“¡Queridos hijos! Deseo invitarlos a que agradezcan a Dios todas las gracias que El les ha dado. Dénle gracias a Dios por todos Sus dones y glorifíquenlo. Queridos hijos, aprendan a ser agradecidos en las cosas pequeas y así sabrán dar gracias también por las cosas grandes. Gracias por haber respondido a mi llamado! ”
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