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Mensajes de Medjugorje conteniendo 'alegría'

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¡Queridos hijos! Los invito nuevamente a la oración con el corazón. Que la oración, queridos hijos, sea el alimento diario para ustedes, sobre todo en estos días en los que el trabajo en los campo los fatiga a tal punto que no pueden orar con el corazón. Oren y así podrán vencer cualquier fatiga. La oración será para ustedes una alegría y un descanso. Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! Les agradezco todas sus oraciones y todos sus sacrificios. Yo deseo invitarlos, queridos hijos, a renovar los mensajes que les estoy dando. Sobre todo, practiquen el ayuno, porque con el ayuno obtendrán que se realice completamente el plan que Dios tiene sobre Medjugorje. Con esto me darán una gran alegría. Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! Los invito a vivir la Santa Misa. Muchos de ustedes han experimentado la alegría y la belleza de la Santa Misa y hay otros también que no vienen de buena gana. Yo los he escogido, queridos hijos, y Jesús les da Sus gracias en la Santa Misa. Por lo tanto, vivan conscientemente la Santa Misa y que cada venida los llene de alegría. Vengan con amor y acojan con amor la Santa Misa. Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! Hoy los invito a comenzar a rezar el Rosario con una fe viva, así podré ayudarlos. Ustedes, queridos hijos, desean recibir gracias, pero no oran. Yo no puedo ayudarlos porque ustedes no se deciden a actuar. Queridos hijos, los invito a rezar el Rosario de tal manera, que se convierta para ustedes en un compromiso que estén dispuestos a cumplir con alegría. Así podrán comprender por qué estoy desde hace tanto tiempo con ustedes. Yo deseo ensearlos a orar. Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! En estos días, en que llenos de alegría ustedes celebran la Fiesta de la Cruz, Yo deseo que también para ustedes su cruz se transforme en alegría. De modo particular, queridos hijos, oren para poder aceptar la enfermedad y los sufrimientos con amor, tal y como Jesús los ha aceptado. Sólo así podré darles con alegría las gracias y curaciones que Jesús me concede. Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! Hoy deseo invitarlos a orar cada día por las almas del Purgatorio. Cada alma necesita de la oración y la gracia para alcanzar a Dios y el amor de Dios. A través de ello, queridos hijos, ustedes ganarán nuevos intercesores que los ayudarán en su vida a comprender que las cosas de la tierra no son importantes, sino que sólo el cielo es la meta a la cual ustedes deben aspirar. Por tanto, queridos hijos, oren sin cesar, para que puedan ayudarse a sí mismos y también a los demás, a quienes estas oraciones les proporcionarán alegría. Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! Los invito a orar de manera especial en este tiempo [de Adviento], para estar en condiciones de experimentar el gozo del encuentro con Jesús recién nacido. Yo, queridos hijos, deseo que ustedes vivan estos días con gozo, como Yo los vivo. Deseo guiarlos y mostrarles la alegría a la que Yo deseo conducirlos a cada uno de ustedes. Por tanto, queridos hijos, oren y abandónense totalmente a Mí. Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! Hoy los invito a todos a regocijarse continuamente por la vida que Dios les concede. Mis queridos hijos, regocíjense en Dios el Creador, porque El los ha creado de manera tan maravillosa. Oren para que sus vidas estén llenas de una gozosa acción de gracias que brote desde su corazón, como un río de alegría. Mis queridos hijos, den incesantemente gracias a Dios por todo lo que poseen, por cada pequeo don que Dios les ha concedido. De esa forma, la bendición gozosa de Dios descenderá siempre sobre sus vidas. Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! Los invito a todos, sin distinción, al camino de la santidad en sus vidas. Dios les ha concedido el don de la santidad. Oren, para que lleguen a conocerlo cada vez más y así ustedes podrán dar testimonio de Dios cada vez más con sus vidas. Queridos hijos, Yo los bendigo e intercedo por ustedes ante Dios para que su camino y su testimonio sean completos y se conviertan en una alegría para Dios. Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! Hoy me regocijo con el Pequeo Jesús y deseo que la alegría de Jesús entre a cada corazón. Hijitos, con el mensaje les doy una bendición junto con mi Hijo Jesús, a fin de que la paz pueda reinar en cada corazón. Yo los amo, hijitos, y los invito a todos ustedes a acercarse a Mí por medio de la oración. Ustedes hablan y hablan, pero no oran. Por eso, hijitos, decídanse por la oración; sólo de esa manera ustedes serán felices y Dios les dará lo que ustedes buscan de El. Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! Hoy los invito a ofrecer sus cruces y sus sufrimientos por mis intenciones. Hijitos, yo soy su Madre y deseo ayudarles obteniendo para ustedes la gracia de Dios. Hijitos, ofrezcan sus sufrimientos como un regalo a Dios, a fin de que se conviertan en una hermosísima flor de alegría. Por so, hijitos, oren para que sean capaces de entender que el sufrimiento puede convertirse en alegría y la cruz en camino de alegría. Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! Los invito a reflexionar sobre su futuro. Ustedes están creando un mundo nuevo sin Dios, solamente con sus propias fuerzas y es por eso que están insatisfechos y sin alegría en el corazón. Este tiempo es mi tiempo y por eso, hijitos, los invito de nuevo a orar. Cuando encuentren la unión con Dios, sentirán hambre de la palabra de Dios y sus corazones, hijitos, desbordarán de alegría. Darán testimonio del amor de Dios dondequiera que estén. Los bendigo y les repito que Yo estoy con ustedes para ayudarles. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! En esta alegría navideña deseo bendecirlos con mi bendición. De manera especial, hijitos, les doy la bendición del Niño Jesús. Que El los llene de su paz. Hijitos, hoy no tienen paz, y la ansían. Por eso, en este día, con mi Hijo Jesús los invito: Oren, oren, oren, ya que sin oración no tienen ni alegría, ni paz, ni futuro. Ansíen la paz y búsquenla, porque Dios es la verdadera paz. Gracias por haber respondido a mi llamado!

Comentario del mensaje

La aparición comenzó a las 3.00 p.m. y duró 10 minutos. Nuestra Señora vino gozosa y vestida de oro con el Niño Jesús en sus brazos. Habló de los secretos y bendijo a todos. Ella dio un mensaje:
¡Queridos hijos! Hoy en el aniversario de mi Hijo, cuando mi corazón está lleno de una alegría y un amor inconmensurables, los invito a una completa abertura y un completo abandono a Dios. Expulsen toda tiniebla fuera de vuestro corazón y permitan a la Luz de Dios y al amor de Dios entrar en vuestro corazón y permanecer para siempre. Sean portadores de la Luz y del amor de Dios para toda la humanidad, de manera que todo en vosotros y a través de vosotros puedan sentir y experimentar la verdadera Luz y el amor que sólo Dios puede darles. Los bendigo con mi bendición maternal.
¡Queridos hijos! No olviden que están sobre la tierra en camino hacia la eternidad y que vuestra morada está en los cielos. Por eso, hijitos, estén abiertos al amor de Dios y dejen el egoismo y el pecado. Que vuestra alegría sea únicamente el descubrir a Dios en la oración cotidiana. Por eso, aprovechen este tiempo y oren, oren, oren, y Dios está cerca de vosotros en la oración y a través de la oración.(Gracias por haber respondido a mi llamado!

Comentario del mensaje

¡Queridos hijos! Hoy deseo abrir mi corazón materno a ustedes e invitarlos a todos a orar por mis intenciones. Deseo renovar con ustedes la oración e invitarlos al ayuno, el cual deseo ofrecer a mi Hijo Jesús por la llegada de un tiempo nuevo, un tiempo de primavera. En este año jubilar, muchos corazones se han abierto a mí y la Iglesia se renueva en el Espíritu. Me regocijo con ustedes y agradezco a Dios por este regalo, y a ustedes hijitos, los invito: oren, oren, oren, hasta que la oración se convierta en alegría para ustedes. (Gracias por haber respondido a mi llamado!

Comentario del mensaje

¡Queridos hijos! Hoy, cuando Dios me ha permitido estar con ustedes, con el Niño Jesús en brazos, me regocijo con ustedes y le doy gracias a Dios por todo lo que ha hecho en este año jubilar. Agradezco especialmente a Dios por todas las vocaciones de quienes han expresado un Sí pleno a Dios. Los bendigo a todos con mi bendición y la bendición de Jesús recién nacido. Oro por todos ustedes para que el gozo nazca en sus corazones a fin de que en alegría ustedes también sientan el gozo que yo tengo hoy. Les traigo en este niño al Salvador de sus corazones y a aquel que los llama a la santidad de vida. (Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! Hoy los invito a renovar la oración y el ayuno, aún con mayor entusiasmo, hasta que la oración se convierta en alegría para ustedes. Hijitos, quien ora no teme el futuro, y quien ayuna no teme el mal. Les repito una vez más: únicamente con la oración y el ayuno pueden también detenerse las guerras; las guerras de vuestra incredulidad y de vuestro miedo por el futuro. Estoy con ustedes y les enseño hijitos: en Dios está vuestra paz y vuestra esperanza. Por eso acérquense a Dios y pónganlo en el primer lugar de vuestra vida. (Gracias por haber respondido a mi llamado!

Comentario del mensaje

¡Queridos hijos! En este tiempo de gracia los invito a la oración. Hijitos, trabajan mucho pero sin la bendición de Dios. Bendigan y busquen la sabiduría del Espíritu Santo para que los guíe en este tiempo, a fin de que comprendan y vivan en la gracia de este tiempo. Conviértanse, hijitos, y arrodíllense en el silencio de vuestro corazón. Pongan a Dios en el centro de vuestro ser, para que puedan en alegría testimoniar las bellezas que Dios les da continuamente en vuestra vida. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!

Comentario del mensaje

¡Queridos hijos! Los invito, aún hoy, a orar de todo corazón y a amarse los unos a los otros. Queridos hijos, habéis sido escogidos para testimoniar la paz y la alegría. Si no hay paz, orad y la recibiréis. A través de vosotros y de vuestra oración, hijitos, la paz comenzará a fluir en el mundo. Por eso, hijitos, orad, orad, orad; porque la oración hace maravillas en el corazón de los hombres y en el mundo. Yo estoy con vosotros y agradezco a Dios por cada uno de vosotros que ha aceptado con seriedad la oración y que la vive. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!

Comentario del mensaje

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