Lengua 

Mensajes de Medjugorje conteniendo 'conocen'

Total found: 26
¡Queridos hijos! Hoy los invito a librar el combate contra Satanás por medio de la oración, particularmente en estos días [Novena de la Asunción]. Satanás quiere actuar más intensamente ahora que ustedes conocen su actividad. Queridos hijos, revístanse de la armadura contra Satanás y vénzanlo con el Rosario en la mano. Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! También en este tiempo Yo los llamo a la oración. Oren para que ustedes puedan comprender lo que Dios les quiere decir a través de mi presencia y de estos mensajes que Yo les estoy dando. Mi deseo es el de acercarlos cada vez más a Jesús y a Su Corazón traspasado, para que ustedes sean capaces de comprender el inmenso amor con el que El se ha entregado por cada uno de ustedes. Por eso, queridos hijos, oren para que de sus corazones pueda brotar una fuente de amor hacia cada persona, incluso hacia quienes los odian y los desprecian a ustedes. De esa manera, ustedes serán capaces de vencer, con el amor de Jesús, todas las miserias de este mundo lleno de sufrimientos, el cual está sin esperanza para aquellos que no conocen a Jesús. Yo estoy con ustedes y Yo los amo con el amor inmenso de Jesús. Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! Hoy, de una manera especial, Yo les traigo al Pequeo Jesús para que El los bendiga con Su bendición de paz y de amor. Queridos hijos, no olviden que ésta es una gracia que muchas personas ni conocen ni aceptan. Por eso, ustedes, los que se dicen Míos y que buscan mi ayuda, entréguense completamente. Por encima de todo, den su amor y su ejemplo en sus familias. Ustedes dicen que la Navidad es una celebración familiar. Por eso, queridos hijos, den a Dios el primer lugar en sus familias, a fin de que El pueda darles a ustedes la paz y pueda protegerlos no únicamente de la guerra sino también de cualquier ataque satánico en tiempos de paz. Si Dios está con ustedes, ustedes lo tienen todo; pero si ustedes no lo aceptan a El, entonces se sienten miserables y perdidos y no saben de qué lado están. Por eso, queridos hijos, decídanse por Dios y entonces ustedes lo tendrán todo. Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! Hoy los invito a enamorarse del Santísimo Sacramento del altar. Adórenlo, hijitos, en sus parroquias y así estarán unidos con todo el mundo. Jesús será su amigo y no hablarán de El como de alguien a quien apenas conocen. La unión con El será para ustedes gozo y serán testigos del amor que Jesús tiene por cada creatura. Hijitos, cuando adoran a Jesús también están cerca de Mí. Gracias por haber respondido a mi llamado!
¡Queridos hijos! Los invito a que este tiempo para ustedes sea un estímulo aún más fuerte a la oración. En este tiempo, hijitos, oren para que Jesús nazca en todos los corazones, especialmente en aquellos que no lo conocen. Sean amor, alegría y paz en este mundo sin paz. Yo estoy con ustedes e intercedo ante Dios por cada uno de ustedes. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!

Comentario del mensaje

Queridos hijos, mi Corazón materno sufre inmensamente mientras observo a mis hijos que obstinadamente ponen lo que es humano por encima de lo que es Divino, a mis hijos que, no obstante todo lo que os circunda y a pesar de todos los signos que os son enviados, pensáis que podéis caminar sin Mi Hijo. ¡No podéis! Camináis hacia la perdición eterna. Por eso os reúno a vosotros que estáis dispuestos a abrirme vuestro corazón, que estáis dispuestos a ser apóstoles de mi amor, para que me ayudéis, para que viviendo el amor de Dios seáis un ejemplo para aquellos que no lo conocen. Que el ayuno y la oración os den fuerza en esto; y yo os bendigo con mi bendición materna en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Gracias!
Queridos hijos, el Padre no os ha dejado a merced vuestra. Su amor es inmenso, amor que me conduce a vosotros para ayudaros a conocerlo, para que todos, por medio de mi Hijo, podáis llamarlo con todo el corazón, “Padre” y para que podáis ser un pueblo en la familia de Dios. Pero, hijos míos, no olvidéis que no estáis en este mundo sólo por vosotros mismos, y que yo no os llamo aquí sólo por vosotros. Aquellos que siguen a mi Hijo, piensan en el hermano en Cristo como en ellos mismos y no conocen el egoísmo. Por eso, yo deseo que vosotros seáis la luz de mi Hijo, que iluminéis el camino a todos aquellos que no han conocido al Padre ―a todos aquellos que deambulan en la tiniebla del pecado, de la desesperación, del dolor y de la soledad―, y que con vuestra vida les mostréis a ellos el amor de Dios. ¡Yo estoy con vosotros! Si abrís vuestros corazones os guiaré. Os invito de nuevo: ¡orad por vuestros pastores! ¡Os lo agradezco!
Queridos hijos, con amor materno yo os pido: entregadme vuestras manos, permitid que yo os guie. Yo, como Madre, deseo salvaros de la inquietud, de la desesperación y del exilio eterno. Mi Hijo, con su muerte en la cruz, ha demostrado cuanto os ama, se ha sacrificado a sí mismo por vosotros y por vuestros pecados. No rechacéis su sacrificio y no renovéis sus sufrimientos con vuestros pecados. No os cerréis a vosotros mismos la puerta del Paraíso. Hijos míos, no perdáis tiempo. Nada es más importante que la unidad en mi Hijo. Yo os ayudaré, porque el Padre Celestial me envía, para que juntos podamos mostrar el camino de la gracia y de la salvación a cuantos no Lo conocen. No seáis duros de corazón. Confiad en mí y adorad a mi Hijo. Hijos míos, no podéis estar sin pastores, que cada día estén en vuestras oraciones. ¡Os doy las gracias!
Queridos hijos, si me abrierais vuestros corazones en completa confianza, lo comprenderíais todo. Comprenderíais con cuanto amor os invito, con cuanto amor deseo cambiaros, haceros felices; con cuanto amor deseo haceros seguidores de mi Hijo y daros la paz en la plenitud de mi Hijo. Comprenderíais la inmensa grandeza de mi amor materno. Por lo tanto, hijos míos, orad, porque a través de la oración vuestra fe crece y nace el amor, amor con el cual ni siquiera la cruz es insoportable porque no la lleváis solos. En comunión con mi Hijo, glorificad el Nombre del Padre Celestial. Orad, orad por el don del amor, porque el amor es la única verdad, el amor perdona todo, sirve a todos y en cada uno ve a un hermano. Hijos míos, apóstoles míos, grande es la confianza que el Padre celestial, a través mío, su servidora, os ha dado para que ayudéis a aquellos que no lo conocen, para que se reconcilien con Él y para que lo sigan. Por eso os enseño el amor, porque solo si tenéis amor podréis responderle. De nuevo os invito: ¡amad a vuestros pastores! y orad, para que en este tiempo difícil, el nombre de mi Hijo sea glorificado bajo su dirección. ¡Os doy las gracias!
Queridos hijos, para poder ser mis apóstoles y ayudar a todos aquellos que están en la oscuridad, a que conozcan la luz del amor de Mi Hijo, debéis tener el corazón puro y humilde. No podéis ayudar a que Mi Hijo nazca y reine en los corazones de aquellos que no lo conocen, si Él no reina —si no es Rey— en vuestro corazón. Yo estoy con vosotros. Camino con vosotros como madre. Llamo a vuestros corazones, que no se pueden abrir porque no sois humildes. Yo oro, pero también orad vosotros, amados hijos míos, para que podáis abrir a Mi Hijo un corazón puro y humilde, y recibir los dones que os ha prometido. Entonces seréis guiados por el amor y por la fuerza de Mi Hijo. Entonces seréis mis apóstoles, que difunden los frutos del amor de Dios por todas partes. Desde vosotros y por medio de vosotros, obrará Mi Hijo, porque seréis uno con Él. Esto es lo que anhela Mi Corazón materno: la unión de todos mis hijos en Mi Hijo. Con gran amor bendigo y oro por los elegidos de Mi Hijo, por vuestros pastores. ¡Os doy las gracias!
¡Queridos hijos! Con amor maternal, quiero enseñaros la honestidad, porque quiero que, en vuestra labor como mis apóstoles, seáis correctos, decididos, y sobre todo honestos. Deseo que con la gracia de Dios estéis abiertos a la bendición. Deseo que con el ayuno y la oración obtengáis, del Padre Celestial, el conocimiento de lo natural, de lo sagrado-Divino. Llenos del conocimiento y bajo la protección de Mi Hijo y la Mía, seréis mis apóstoles que sabréis difundir la Palabra de Dios a todos aquellos que no la conocen y sabréis superar los obstáculos que se os interpongan en el camino. Hijos míos, con la bendición, la gracia de Dios descenderá sobre vosotros, y vosotros podréis conservarla con el ayuno, la oración, la purificación y con la reconciliación. Vosotros tendréis la eficacia que os pido. Orad por vuestros pastores para que el rayo de la gracia de Dios ilumine sus caminos. ¡Os doy las gracias!
Queridos hijos, vengo a vosotros como Madre y deseo que en mí, como Madre, encontréis refugio, consuelo y descanso. Por lo tanto, hijos míos, apóstoles de mi amor, orad. Orad con humilde devoción, con obediencia y con plena confianza en el Padre Celestial. Tened confianza como yo la tuve, cuando me dijeron que iba a traer la Bendición prometida. Que de vuestro corazón a vuestros labios llegue siempre un: “¡Hágase Tu voluntad!” Por lo tanto, tened confianza y orad, para que pueda interceder por vosotros ante el Señor, a fin de que Él os dé la bendición celestial y os llene del Espíritu Santo. Entonces podréis ayudar a todos aquellos que no conocen al Señor; vosotros, apóstoles de mi amor, los ayudaréis a que con plena confianza puedan llamarlo “Padre”. Orad por vuestros pastores y confiad en sus manos benditas. ¡Os doy las gracias!
Queridos hijos, con amor materno deseo ayudaros para que vuestra vida de oración y penitencia sea un verdadero intento de acercamiento a mi Hijo y a Su luz divina, para que sepáis cómo separaros del pecado. Cada oración, cada Misa y cada ayuno son un intento de acercamiento a mi Hijo, una remembranza de Su gloria y un refugio del pecado; son el camino hacia una nueva unión del buen Padre con sus hijos. Por lo tanto, queridos hijos míos, con los corazones colmados de amor, invocad el nombre del Padre Celestial para que os ilumine con el Espíritu Santo. Por medio del Espíritu Santo, os convertiréis en fuente del amor de Dios. De esa fuente beberán todos aquellos que no conocen a mi Hijo, todos los sedientos del amor y de la paz de mi Hijo. ¡Os doy las gracias! Orad por vuestros pastores. Yo oro por ellos y deseo que ellos sientan siempre la bendición de mis manos maternas y el apoyo de mi Corazón materno.
Queridos hijos, yo vuestra Madre, vengo de nuevo entre vosotros del amor que no tiene fin, del amor infinito, del infinito Padre Celestial. Y, mientras miro en vuestros corazones, veo que muchos de vosotros me acogéis como Madre y, con un corazón sincero y puro, deseáis ser mis apóstoles. Pero, yo también soy Madre de quienes no me acogéis y, en la dureza de vuestro corazón, no deseáis conocer el amor de mi Hijo. No sabéis cuánto sufre mi Corazón y cuánto oro a mi Hijo por vosotros. Le pido que sane vuestras almas porque Él lo puede hacer. Le pido que os ilumine con el milagro del Espíritu Santo, para que dejéis de traicionarlo, blasfemar y herir siempre de nuevo. Oro con todo el Corazón para que comprendáis que solamente mi Hijo es la salvación y la luz del mundo. Y vosotros, hijos míos, queridos apóstoles míos, llevad siempre a mi Hijo en el corazón y en los pensamientos. De esta forma llevad vosotros el amor. Todos aquellos que no lo conocen, lo reconocerán en vuestro amor. Yo estoy siempre junto a vosotros. De una manera especial, yo estoy junto a vuestros pastores, porque mi Hijo los ha llamado para guiaros por el camino de la eternidad. Os doy las gracias, apóstoles míos, por el sacrificio y el amor.
Queridos hijos, mi venida en medio de vosotros es un regalo del Padre Celestial para vosotros. Por Su amor, vengo a ayudaros a encontrar el camino hacia la verdad, a encontrar el camino hacia mi Hijo. Vengo a confirmaros la verdad. Quiero recordaros las palabras de mi Hijo. Él ha pronunciado palabras de salvación para todo el mundo, palabras de amor para todos, amor que demostró con Su sacrificio. Pero también, hoy muchos de mis hijos no lo conocen, no desean conocerlo, son indiferentes. A causa de vuestra indiferencia mi Corazón sufre dolorosamente. Mi Hijo ha estado siempre en el Padre. Al nacer en la Tierra, traía lo divino, y de mí adquirió lo humano. Con Él llegó a nosotros la Palabra. Con Él llegó la luz del mundo, que penetra en los corazones, los ilumina y los llena de amor y de consuelo. Hijos míos, todos los que aman a mi Hijo lo pueden ver, porque Su rostro se ve en las almas que están llenas de amor hacia Él. Por lo tanto, hijos míos, apóstoles míos, escuchadme: dejad la vanidad y el egoísmo, no viváis solo para lo terrenal, lo material. Amad a mi Hijo y haced que los demás vean Su rostro por medio de vuestro amor por Él. Yo os ayudaré a conocerlo siempre más y os hablaré de Él. ¡Os doy las gracias!
Queridos hijos! Hoy los invito a la oración. Que la oración sea vida para ustedes. Solamente así su corazón se llenará de paz y alegría. Dios estará cerca de ustedes, y ustedes lo sentirán en su corazón como un amigo. Hablarán con Él como con alguien que ya conocen e, hijitos, sentirán la necesidad de testimoniar, porque Jesús estará en vuestro corazón y ustedes estarán unidos en Él. Yo estoy con ustedes y los amo a todos con mi amor materno. Gracias por haber respondido a mi llamado.
Queridos hijos, vosotros que os esforzáis en ofrecer cada día de vuestra vida a mi Hijo, vosotros que procuráis vivir con Él, vosotros que oráis y os sacrificáis, vosotros sois la esperanza en este mundo inquieto. Vosotros sois los rayos de la luz de mi Hijo, el evangelio vivo, y sois mis queridos apóstoles del amor. Mi Hijo está con vosotros, Él está con los que piensan en Él, con los que oran, pero de la misma manera, Él espera pacientemente a los que no lo conocen. Por eso vosotros, apóstoles de mi amor, orad con el corazón y mostrad con las obras el amor de mi Hijo. Esta es la única esperanza para vosotros, este es el único camino hacia la vida eterna. Yo, como Madre, estoy aquí con vosotros. Vuestras oraciones dirigidas a mí, son para mí las más bellas rosas de amor. No puedo no estar allí donde siento el perfume de rosas. Hay esperanza. Os doy las gracias.
Queridos hijos, como en otros lugares donde he venido, también aquí os llamo a la oración. Orad por aquellos que no conocen a mi Hijo, por aquellos que no han conocido el amor de Dios; contra el pecado; por los consagrados: por aquellos que mi Hijo ha llamado a tener amor y espíritu de fortaleza para vosotros y para la Iglesia. Orad a mi Hijo, y el amor que experimentáis por Su cercanía, os dará fuerza y os dispondrá para las obras de amor que vosotros haréis en su Nombre. Hijos míos, estad preparados: ¡este tiempo es un momento crucial! Por eso yo os llamo nuevamente a la fe y a la esperanza. Os muestro el camino a seguir: el de las palabras del Evangelio. Apóstoles de mi amor, el mundo tiene mucha necesidad de vuestras manos alzadas al Cielo, hacia mi Hijo y hacia el Padre Celestial. Es necesaria mucha humildad y pureza de corazón. Confiad en mi Hijo y sabed vosotros que siempre podéis ser mejores. Mi Corazón materno desea que vosotros, apóstoles de mi amor, seáis pequeñas luces del mundo; que iluminen allí donde las tinieblas desean reinar: que con vuestra oración y amor mostréis el camino correcto, y salvéis almas. Yo estoy con vosotros. ¡Os doy las gracias!
Queridos hijos, os doy las gracias porque respondéis a mis llamadas y porque os reunís en torno a mí, vuestra Madre Celestial. Sé que pensáis en mí con amor y esperanza, y yo también siento amor hacia todos vosotros, como también lo siente mi amadísimo Hijo que, en su amor misericordioso, siempre y de nuevo me envía a vosotros. Él, que se hizo hombre, que era y es Dios, Uno y Trino; Él, que por vuestra causa ha sufrido en el cuerpo y en el alma. Él, que se ha hecho Pan para nutrir vuestras almas, y así salvarlas. Hijos míos, os enseño cómo ser dignos de Su amor, a dirigir a Él vuestros pensamientos, a vivir a mi Hijo. Apóstoles de mi amor, os envuelvo con mi manto porque, como Madre, deseo protegeros. Os pido: orad por todo el mundo. Mi Corazón sufre, los pecados se multiplican, son muy numerosos. Pero con vuestra ayuda, que sois humildes, modestos, llenos de amor, ocultos y santos, mi Corazón triunfará. Amad a mi Hijo por encima de todo y a todo el mundo por medio de Él. No olvidéis nunca que cada hermano vuestro lleva en sí algo precioso: el alma. Por eso, hijos míos, amad a todos aquellos que no conocen a mi Hijo, para que, por medio de la oración y del amor que proviene de esta, puedan ser mejores; para que la bondad en ellos pueda vencer, para que las almas se salven y tengan vida eterna. Apóstoles míos, hijos míos, mi Hijo os ha dicho que os améis los unos a los otros. Que esto esté escrito en vuestros corazones y con la oración procurad vivir este amor. ¡Os doy las gracias!
Queridos hijos, por voluntad del Padre Celestial, como Madre de Aquel que os ama, estoy aquí con vosotros para ayudaros a conocerlo, a seguirlo. Mi Hijo os ha dejado las huellas de sus pies para que os sea más fácil seguirlo. No temáis, no estéis inseguros, yo estoy con vosotros. No os dejéis desanimar, porque es necesaria mucha oración y mucho sacrificio por aquellos que no oran, aquellos que no aman y no conocen a mi Hijo. Ayudadlo viendo en ellos a vuestros hermanos. Apóstoles de mi amor, prestad atención a mi voz en vosotros, sentid mi amor materno. Por eso, orad; orad actuando, orad dando, orad con amor, orad con las obras y con los pensamientos, en el Nombre de mi Hijo. Cuanto más amor deis tanto más recibiréis; el amor surgido del Amor ilumina el mundo; la redención es amor y el amor no tiene fin. Cuando mi Hijo venga de nuevo a la Tierra buscará el amor en vuestros corazones. Hijos míos, Él ha hecho por vosotros muchas obras de amor: yo os enseño a verlas, a comprenderlas y a darle gracias amándolo y perdonando siempre de nuevo al prójimo; porque amar a mi Hijo significa perdonar. A mi Hijo no se lo ama si no se sabe perdonar al prójimo, si no se intenta comprenderlo, si se lo juzga. Hijos míos, ¿de qué os sirve la oración si no amáis y no perdonáis? Os doy las gracias.
Para de comparación con distinto lingüístico versión escoja

 


Wap Home | Actualizaciónes  | Medjugorje  | Mensajes  | Artículos y Noticias  | Videos[EN]  | Galería[EN]

Powered by www.medjugorje.ws